No tengo dinero para pagar una derrama, ¿qué puedo hacer?

No tengo dinero para pagar una derrama

Cuando un propietario recibe la notificación de una derrama extraordinaria, la primera reacción suele ser de preocupación. Estas aportaciones pueden suponer cientos o miles de euros, y no siempre llegan en el mejor momento económico.

A este respecto, la pregunta más común es: “No tengo dinero para pagar una derrama, ¿qué puedo hacer?”

La respuesta es clara: no puedes negarte a pagar si se trata de una derrama obligatoria aprobada por la comunidad, pero sí existen soluciones prácticas para afrontar el gasto y evitar problemas legales.

A continuación, analizamos qué es una derrama, en qué casos es obligatoria, qué alternativas tienes si no puedes afrontarla de golpe y qué consecuencias puede acarrear no pagarla.

¿Qué es una derrama de la comunidad y cuándo se aprueba?

En primer lugar, debes saber que una derrama es un pago extraordinario que deben realizar los propietarios de una comunidad para cubrir gastos que no están contemplados en el presupuesto ordinario anual.

Se aprueba en junta de propietarios, donde se decide su importe, el reparto entre vecinos y el plazo para abonarla.

Así, una derrama puede establecerse para: instalación o sustitución del ascensor, obras de reparación en la fachada o el tejado, reforma del portal o accesibilidad para personas con movilidad reducida, rehabilitación energética subvencionada, o reparación de instalaciones comunes.

No tengo dinero para pagar una derrama, ¿qué opciones tengo?

Ahora bien, si no puedes pagar una derrama, lo primero es no ignorar la situación. Existen alternativas legales y prácticas que pueden ayudarte a afrontar el gasto sin caer en morosidad.

Veamos cómo puedes pasar de ‘no tengo dinero para pagar una derrama’ a ‘encontré la solución’:

  • Negociar un aplazamiento o fraccionamiento del pago. Muchas comunidades ofrecen la posibilidad de pagar la derrama en cuotas mensuales o trimestrales. Esto permite repartir el gasto en el tiempo y hacerlo más asumible.
  • Solicitar ayudas o subvenciones públicas. En España, existen programas de ayudas para la rehabilitación energética, accesibilidad o conservación de edificios. Si la derrama se destina a estas obras, consulta si tu comunidad puede acceder a subvenciones.
  • Acudir a financiación externa. Otra opción es solicitar un crédito personal o recurrir a préstamos comunitarios, donde el banco financia la obra y cada propietario paga su parte en cuotas. Algunas entidades ofrecen condiciones especiales para comunidades de vecinos.
  • Buscar acuerdos con la comunidad. En casos de especial dificultad, puedes plantear tu situación en junta y pedir un trato más flexible. Aunque no siempre se acepta, la comunidad puede valorar tu caso y darte más tiempo.

Me puedo negar a pagar una derrama: ¿es posible legalmente?

Aquí surge una de las dudas más frecuentes: cuándo puedes negarte a pagar una derrama. La respuesta depende del tipo de derrama:

  • Derramas obligatorias. Son aquellas aprobadas en junta y necesarias por motivos legales o de seguridad. Nos referimos, por ejemplo, a reparar una fachada en mal estado. En este caso, no puedes negarte. Si lo haces, la comunidad puede reclamar la deuda judicialmente.
  • Derramas voluntarias. Son mejoras que no son estrictamente necesarias, como instalar un gimnasio comunitario o una piscina. En este supuesto, la Ley de Propiedad Horizontal permite que los propietarios disidentes queden exentos de pagar, salvo que decidan beneficiarse de la mejora en el futuro.

Con esto claro, antes de preocuparte por el hecho de decir ‘no tengo dinero para pagar una derrama’, lo más recomendable es analizar qué tipo de derrama se trata y qué opciones legales tienes a tu alcance.

¿Qué pasa si no puedo pagar una derrama?

No pagar una derrama aprobada en junta de propietarios no es una opción sin consecuencias. Aunque la situación económica de un vecino pueda ser complicada, la comunidad cuenta con mecanismos legales muy claros para reclamar esas cantidades.

Estas son las principales consecuencias de no afrontar el pago:

  • Generación de deuda e intereses por demora. El importe pendiente se convierte automáticamente en una deuda con la comunidad, que se refleja en la contabilidad y en el acta de propietarios. Además, la Ley de Propiedad Horizontal permite aplicar intereses de demora, lo que hace que la deuda aumente con el paso del tiempo.
  • Reclamación judicial por parte de la comunidad. Si el propietario sigue sin pagar, el administrador de fincas o el presidente pueden iniciar un procedimiento monitorio. Este es un proceso judicial ágil y de bajo coste, que casi siempre se resuelve a favor de la comunidad, obligando al moroso a abonar la cantidad pendiente más los gastos judiciales.
  • Embargo de bienes y vivienda. En caso de que la deuda persista, el juzgado puede ordenar el embargo de cuentas bancarias, nóminas, bienes muebles e incluso de la vivienda del propietario. Esto significa que no solo se arriesga el patrimonio presente, sino también la estabilidad futura.
  • Problemas de convivencia y reputación vecinal. Más allá de lo económico y legal, la morosidad suele generar conflictos en la comunidad. Los vecinos que sí cumplen con sus obligaciones pueden mostrar su malestar, lo que deriva en tensiones personales y un deterioro de la convivencia.

No puedo pagar una derrama de la comunidad: pasos prácticos a seguir

Pasemos ahora a describir la solución a esa frase que tanta preocupación genera: no tengo dinero para pagar una derrama. Aquí lo más importante es actuar con rapidez y transparencia. Ignorar la situación sólo aumentará la deuda y las consecuencias legales.

Estos son los pasos recomendados:

  • Revisar el acuerdo de la junta. Antes de nada, comprueba que la derrama fue aprobada conforme a la Ley de Propiedad Horizontal. Revisa si se respetaron las mayorías necesarias y si la convocatoria de la junta se realizó de manera correcta. Un error en el procedimiento podría darte margen para impugnar el acuerdo.
  • Solicitar copia del acta. Pide al administrador de fincas una copia del acta en la que conste la aprobación de la derrama. Es un derecho que tienes como propietario y te permitirá analizar con detalle las condiciones y el reparto de los gastos.
  • Hablar con el administrador de fincas. No esperes a que la deuda crezca. Expón tu situación económica de forma clara y pregunta por opciones de fraccionamiento o acuerdos personalizados de pago. La mayoría de comunidades prefiere llegar a un entendimiento antes que iniciar un procedimiento judicial.
  • Pedir un plan de pagos. Solicita por escrito un plan de pagos en cuotas. Esta es la solución más habitual para evitar la morosidad y facilita que el gasto se adapte a tu capacidad económica mensual.
  • Buscar asesoría legal si es necesario. Si sospechas que la derrama no cumple la legalidad, que se ha aprobado sin respetar el procedimiento o que vulnera tus derechos, recurre a un abogado especializado en propiedad horizontal. Un profesional puede ayudarte a valorar si cabe impugnar el acuerdo o plantear otras alternativas legales.

Conclusiones: qué hacer si no puedes pagar una derrama

En resumen, recuerda que si la derrama ha sido aprobada legalmente y responde a una obligación de conservación, seguridad o accesibilidad, no puedes negarte a pagarla. La Ley de Propiedad Horizontal es clara en este aspecto: la deuda con la comunidad es exigible y puede derivar en acciones judiciales.

No obstante, hemos visto que existen alternativas antes de llegar a esa situación. Habla con tu administrador de fincas cuanto antes, expón tu situación y busca soluciones realistas antes de que la deuda se convierta en un conflicto mayor.

Con una gestión adecuada es posible hacer frente a una derrama sin poner en riesgo tu estabilidad financiera ni tu relación con la comunidad de vecinos.

Si solo piensas en ‘no tengo dinero para pagar una derrama’ y necesitas ayuda, contacta con nosotros. Como expertos en administración de fincas, podemos asesorarte en la negociación con tu comunidad, verificar la legalidad de la derrama y diseñar un plan de pago adaptado a tu situación.

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